Sacando fotos a la luna, por segunda vez

Una de las cosas más comunes que nos sucede a los que estudiamos y seguimos la fotografía es tratar de hacer algo que se puede. Hay ciertas cosas que hemos vistos en otras fotografías que son «clásicas» de alguna forma que sabemos que se pueden hacer con el material necesario, y mentalmente nos armamos como un checklist de ellas. Se me vienen a la mente varias, pero podría decir a modo de ejemplo:

  • foto de gotita cayendo en un montón de agua
  • foto de mujer con pelo largo sacudiéndose la melena fuera del agua
  • luna

No importa qué se pueda llegar a imaginar uno. Sacarle una foto a la luna para verla más cerca o más en detalle es algo casi innato, luego de comprarnos la cámara con el lente kit, vamos a querer conseguir un zoom/tele para sacarle a la luna más de cerca.

Probablemente lo compremos, y cuando vayamos a sacarle una foto a la luna… veremos cómo miserablemente nuestros conocimientos básicos de apertura, ISO y diafragma caen totalmente despedazados a lo que estamos acostumbrados. Probablemente lo que saquemos en nuestro primer intento sea un manchón blanco reventado en un montón de cielo oscuro. Putearemos a la cámara, putearemos al lente, pero básicamente putareamos la incapacidad nuestra de resolver el problema, que es al fin y al cabo, lo que los fotógrafos (combatientes de la luz), hacemos.

Hasta mi profesor me contó que él mismo muy entusiasmado se compró un tele de 300mm para sacarle una foto a la luna, se la sacó, fantástica, y luego realmente no supo qué hacer con él, porque sacarle a pajaritos no le llamaba mucho la atención. Yo en mi primer intento le saqué con velocidad 1/8. Y postee en el grupo donde estudiaba mi horrible foto. Él me dijo «estás usando una velocidad lentísima». OK. Vamos con velocidad 1/100. Y aunque igual tuve la receta con ese valor, no fui capaz de resolver el resto (diafragma e ISO). Pero no sólo era ese el problema, es que hay un par de factores más a tener en cuenta.

La luna, como todos los objetos del cielo, se mueve, constantemente. Si usamos una velocidad de disparo muy lenta, la luna se ve movida, por más que esté a 384.000 kilómetros de distancia, se nota. Así que hay que usar una velocidad de 1/100 para arriba.

No tenemos que medir la luz en absoluto, ya que es inútil. El escenario ideal es todo negro con la luna en medio. Para lograr una buena nitidez, elegimos f 11 de apertura e ISO 100, para lograr la mayor nitidez posible.

Así que ya tenemos los tres valores importantes:

  • ISO 100
  • f 11
  • 1/100 (mínimo)

Luego de esto debemos definir un punto de foco manual a donde va a quedar la luna en nuestro visor de la cámara, porque solamente vamos a querer que enfoque por dónde ella pase.

Como el objeto está lejísimo. Tenemos que ser lo más estables posible a la hora de capturar la foto, o sea, trípode. Y recomiendo usar o un disparador remoto para capturar la foto o el retardo mínimo a la hora de pulsar (que suele ser 2 segundos). Con esto evitamos mover la cámara en lo más mínimo al momento de pulsar el botón.

Si tenemos un lente kit 18-55 o 18-135, ni nos gastemos en sacarle una foto a la luna. El acercamiento que logremos de ella no será gran cosa y a la hora de verlo en detalle no será muy nítido. Lo ideal es contar con algún lente tele con una distancia focal de 200mm para arriba (siempre hablando en formato «crop sensor» o APS-C). Recordemos que en estos casos hay un factor de multiplicación de 1.5 en Nikon y 1.6 en Canon. Por lo que por ejemplo un 200mm en crop sensor equivale a 300mm en Nikon y 320mm en Canon. Obviamente lo ideal sería contar con un tele zoom de 2.8 a lo largo de todo el rango focal, con 600mm de final, lo que lograría unos 900mm con una luna que se vería fantástica, pero, esos lentes son carísimos y no todo el mundo tiene el dinero para comprarse uno. Lo que no quita que se pueda alquilar. Una excelente idea sería alquilarse un lente de estos por un fin de semana donde haya luna llena (suena perfectamente razonable, salvo que bueno, termine estando nublado y no lo puedas aprovechar).

Pues volviendo un poco a mí historia. Finalmente le pude sacar una «buena» foto a la luna allá por marzo de este año, un día a eso de la 1 am. Linda la foto, después mucho no usé el lente realmente (tenía razón mi profesor). Es un lente copado para tener bien de cerca el rostro de algún animal salvaje que esta a muchísimos metros de vos en un zoológico, o por qué no, hacer algún acercamiento tremendo a objetos muy pequeños (insectos). Si no me creen prueben con alguna vaquita de San Antonio la próxima vez que se meta una en su casa.

Hace poco cambié mi Canon Rebel T3 por una 60D y no había tenido una noche de luna llena con la posibilidad de sacarle, así que la madrugada agarré el lente, lo puse en la cámara nueva y saqué la misma foto con los mismos valores en cámara. La foto salió bien, pero pude observar que más allá de la cámara nueva, y el lente al ser el mismo, la luna salió bastante similar. Sí, puedo decir que hay una leve diferencia en favor de la 60D (snapsort  lo confirma). Pero es alrededor de un 10%, y al nivel de detalle de lo que estamos manejando, es realmente casi imperceptible.

lunas_blogSi me preguntan el por qué la imagen de la derecha se ve más grande, es simplemente porque la 60D tiene más megapixels que la T3. 18 megapixels contra 12. Si miramos bien, hay algún que otro detalle en la imagen del lado derecho que en la del izquierdo no estaba, pero no podemos decir que hay una diferencia importante (pueden hacer click en la imagen para verla en el tamaño ampliado).

Bueno, esta fue mi experiencia hasta el momento sacándole fotos a la luna. Probablemente la próxima vez que cambie de lente a alguno más largo o cambie de cámara lo vuelta intentar (y escriba otra entrada de blog para compararlos), mientras tanto, aquí les dejo la info para que lo intenten ustedes mismos.

Sacando fotos a la luna, por segunda vez

Salida a Tigre y problemas con LiveView

El día lunes a pesar de estar nublado tenía planeado ir a Tigre a dar una vuelta estilo salida fotográfica. La verdad es que hace un montón que no andaba por esos pagos y había un par de lugares como referencia interesantes donde potencialmente sacar fotos.

Partimos en tren, fue un buen viaje, cómodo. El único mal rato fue una persona que se dedica a «cantar» en el tren, por medio de una especie de IPod. Recuerdo que hace cosa de más de un año estaba volviendo desde la estación Retiro y se puso a «cantar» en el vagón donde estaba. En esa oportunidad sufrí 2 temas. Uno lo recuerdo bien,  de Cristian Castro. El lunes fue Alex Ubago. No cantaba mejor que antes, y estoy seguro de que la mitad de los pasajeros en el vagón si se levantaban a cantar lo hacían probablemente mejor. Lo malo no fue la canción en sí, sino que explicó luego que el tema estaba dedicado a la madre y habló durante más del doble de tiempo que duró la canción acerca de cuánto debemos quererla y bla bla bla. Cosa que me parece perfecto. Pero cuando cantás mal, y seguís tu rumbo es una cosa. Si cantás mal y luego tratás de hacerte el Deepak Chopra es harina de otro costal.

En fin, bajamos en la estación y comenzamos a caminar por la costa. El día estaba muy nublado, pintando que en cualquier momento se largaba a llover. El paraguas molestaba en la mochila, pero como estaba solamente la cámara y el lente extra (50mm) algo se podía acomodar.

Una de las primeras cosas que uno observa del otro lado del río es el Club de Regatas La Marina.

https://www.flickr.com/photos/arielzar/20700022201/in/photostream/

saqué 4 tomas y me quedé con esa porque es la que más abarcaba hacia el lado izquierdo y por la posición de la canoa donde estaban viajando las dos señoras de sombrero (pero remaba solamente una). Curiosamente nos las cruzamos un poco más adelante donde desembarcaron. ¡Eran 2 abuelas y remando en el río!

Alguna que otra foto por acá y allá y entramos al Museo Naval un lugar bastante interesante donde hay más de cien modelos de barcos a escala. Algunos botes tamaño real, partes de máquinas que impulsaban buques. Torpedos, un submarino, 70 modelos de aviones en modelismo, tres aviones en la sección del parque, un vehículo de nieve y un sinfín de cosas más, todos referidos a la historia de la fuerza naval Argentina, desde sus comienzos del siglo XIX hasta lo más reciente. Inclusive cuenta con un modelo a escala del General Belgrano que puede ser manejado a radiocontrol, otros elementos de la Guerra de Malvinas y hasta inclusive varios cañones antiaéreos, con sus controles originales, paneles de cálculo, etc. Todo de una época donde las cosas no eran tan informatizadas, eran más artesanales y había que tenerlos bien puestos para poder usarlos. Como en el Call of Duty World at War, pero aquí las cosas no eran tan simples como apretar 2 palanquitas y un par de botones. Era real.

El lugar era mucho más grande de lo que pensábamos, en tamaño y contenido. Salimos contentos ambos, yo con una buena cantidad de fotos. Alguna que otra foto por aquí y allá siguiendo el camino de la costa hasta que llegamos a donde antes estaba el Tigre Hotel y un poco más allá el Museo de Arte Tigre, lo que antes fuera el Tigre Club o Casino de Tigre. Un lugar emblemático e histórico de la zona, ahora dedicado a exponer arte en diferentes formas.

Algunas tomas desde la entrada a ras del suelo, hasta que casi sin querer una persona que iba caminando por la terraza del 1° piso. Si se puede acceder estaría bueno para sacar algunas tomas a una altura interesante. Resulta que se podía entrar, pagamos los 30 pesos y luego de dejar nuestras pertenencias entramos a un lugar donde deben de haber pasado tantas cosas que no me puedo imaginar. Escaleras impresionantes con un espejo de uno 6 metros de alto – que no había sido limpiado recientemente – No pude sacar fotos en la parte media de la escalera y verme reflejado en el espejo. Es más, era tan alto que la sombra reflejada de las puertas se veían curvas. Arriba había varias habitaciones, una sección infantil, otra con cuadros, la terraza y un ballrom impresionante, vacío, dignísimo para sacar fotos de revista a mujeres con vestidos largos (pero no había nadie). Luego de dar algunas vueltas y evitar gente molesta e irrespetuosa que no se daba cuenta de que uno está tratando de sacar fotos (no estaba tratando de disimular, la tenía colgada del cuello y créanme que la Canon 60D no pasa desapercibida, pesa casi 1 KG con el lente de 18-200.

Salgo a la terraza, admiro la excelente vista y saco algunas tomas. Vuelvo a entrar a la parte del pasillo que comunica al ballroom y hay un interesante banquito donde sentarse. Le pido a mi compañero que me saque una foto, y para ser más preciso le indico dónde se sienta para que luego me saque a mí. Hacemos la de muestra y le voy a mostrar la foto de cómo quiero que saque y…

La foto no estaba.

Supongo que me había confundido en algo, así que vamos de nuevo, pongo la foto, saco, y cuando quiero verla nada. Nada.

Lo raro era que el obturador sonaba, inclusive el audio de que la foto había sido tomada, pero a la hora de revisarla, tampoco. Repaso un poco por las dudas por si tenía algún seteo malo, como el de habilitar o deshabilitar el LiveView. Eso funciona bien. Una de las razones por la que me había comprado la 60D era por su pantalla rebatible, que me permitiría sacar fotos en ángulos antes no posibles al estar solamente limitado al viewfinder. Soy de usar viewfinder el 95% del tiempo, pero esas tomas bajas como para tomar un auto desde abajo no son muy factibles, menos rodeado de gente. No tengo problema en tirarme al piso para lograr una foto, pero hay ocasiones donde la altura donde uno llega arrodillado inclusive no es suficiente para una toma interesante, o simplemente la que uno quiere.

Sigo probando el tema. Sin LiveView, la foto queda, con LiveView, la foto no se graba. Desconsolado me siento en el banquito del ballroom un toque a pensar, cuántas fotos había hecho de esa manera, y supuestamente cuántas estaría perdiendo. Y empecé a recordar, el vehículo ruso de nieve, el avión desde abajo, la escafandra desde arriba, las fotos para armar una panorámica del museo naval, y la lista seguía. Hasta había sacado algunas en la entrada de planta baja del mismísimo Museo de Arte.

Mucho no había por hacer. Me había dado cuenta de que algo fallaba unas 5 horas después. Donde aproximadamente la mitad de las fotos nunca habían sido registradas. Consciente del problema y viendo que no podía hacer mucho al respecto en ese momento, me mentalizo para sacar las fotos como siempre, a ojo abierto en el visor y ojo cerrado afuera. Salimos a la terraza y luego de que circule alguna gente saco una toma del edificio, esta vez tirado en el piso, ensuciándome aún más de lo que estaba:

https://www.flickr.com/photos/arielzar/20681454265/in/photostream/

Luego bajamos las imponentes escaleras y entramos a las salas de planta baja. En una de ellas había una proyección continua de videos filmados entre 1911 y 1921 donde mostraban las actividades que se hacían en el edificio, e inclusive el tráfico de barquitos y botes de esa época, que no tenía mucho que envidiar a una intersección céntrica de la Ciudad de Buenos Aires en alguna hora pico de un día de semana.

Pinacoteca aquí y allá, cuadros interesantes y descripciones grandes, para luego llegar a una sala pintada de color azul, donde se me ocurre algo que luego de un par de intentos de distancia focal llego a concretar con la ayuda de mi amigo (ya que no había venido con trípode).

https://www.flickr.com/photos/arielzar/20671046445/in/photostream/

Contento pensando que tal vez había salido con alguna foto buena, salimos y repito las tomas que pensé que habían salido con LiveView del frente del lugar. Miro acá y allá y dada la hora solamente saco un par de fotos a la Vuelta al Mundo del Parque de La Costa bien lejos, con las luces iluminadas.

Luego de 2 garrapiñadas volvimos en tren. Cuando llegué a casa revisé las fotos para ver si el problema había sucedido en medio de algún momento del día, y la triste verdad era que desde la primera foto tomada con LiveView no había sido capturada.

Revuelvo un poco en internet y encuentro el siguiente thread en los foros de Canon USA: problem-problem-with-live-view-no-image-is-recorded-when-I/td-p/14727

En el mismo hilo se mencionan otros modelos de cámaras con problema similar, no solo la 5D Mark III. La mía es una 60D pero tiene bastantes cosas en común, sobre todo a la hora del software y firmware que maneja la máquina. Pero, en esta tarjeta tenía instalado Magic Lantern. Un software que básicamente expande las posibilidades de las cámaras Canon, agregando cosas como intervalómetro, focus peak, foco en modo de video y algunas otras cosas más para los que desean tunear un poco más y contar con características que no vienen en la cámara de fábrica (pero son perfectamente posibles).

Así que al día siguiente cuando tengo un poco de tiempo, me dedico a tratar de combinar ambas soluciones. La de los foros de Canon haciendo referencia a resetear los seteos de la cámara, y también desinstalar Magic Lantern de la tarjeta.

Así que primero me dedico a tratar de desinstalar Magic Lantern. Busco algún video y me topo con éste:

Donde se explica claramente que el soft está básicamente instalado en la tarjeta de memoria, no en la cámara en sí, pero que no es suficiente formatearla o borrarla, sino que hay que setear un flag de la cámara donde no trate de cargar nada al momento de inicio. Una vez seguido ese paso formateo la cámara.

Todo bien siguiendo el procedimiento que dice el video. Así que luego a resetear los settings a valores de fábrica. Obvio que habrá que volver a setear alguna cosa aquí y allá, pero cualquier cosa es mejor que no poder sacar fotos con ángulos interesantes.

1 minuto después, ya estaba pudiendo sacar y grabar las fotos con el LiveView. Algunos foristas dicen que el problema es medio intermitente y suele venir e irse sin razón. A mí me ha pasado solamente esta vez, pero estaré atento a qué pueda suceder en el futuro. Y de paso evitaré Magic Lantern, ya que básicamente en la 60D no es tan necesario como en la T3, donde ahí sí que me quedaba un poco corto con las funciones de fábrica.

ConclusiOnES:
  • Andar horas con una cámara colgada al cuello que pesa casi 1 KG es un plomazo. En ese sentido sí extraño mi cámara anterior.
  • Hay que estar un poco más atento con si las fotos son realmente capturadas o no. Parece una pavada pero un paseo como éste es repetible, pero imaginen algo así en un evento que no se repite (cumpleaños, fiesta de 15, casamiento). Los resultados serían críticos. Aquí entra en juego «la cámara de backup».
  • Hay que conocer las vueltas que tiene cada máquina. No hay cámara perfecta, lo bueno es saber sus puntos flojos como para entender cómo solucionarlos. Al fin y al cabo, el fotógrafo siempre se la pasa tratando de resolver problemas, desde una escena, lugares, luz, todo eso convertirlo a ISO, apertura y velocidad de disparo.
  • Habrá que volver a Tigre para sacar las fotos no capturadas.
Salida a Tigre y problemas con LiveView