Recitales #1: Information Society

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Hacía mucho tiempo que tenía ganas de escribir acerca de mi experiencia en recitales luego de que me inicié con la fotografía. Cuando uno comienza a aprender y se mete en esto trata de aplicarlo por donde quiera que uno ve una oportunidad, sobre todo con algo que a uno le gusta.

Y fue así, las entradas al recital habían sido sacadas son anticipación, pero, aún no me había comprado la cámara réflex. Mi intención era obviamente sacar las mejores fotos posibles. Tiempo atrás había tenido algo de suerte en un par de recitales en el Luna Park, pero ahí había mucha más luz (algo que luego me daría cuenta). Ésta era una velada mucho más humilde – de tamaño -, ya que Information Society se presentaba en Niceto Club.  Nunca antes había ido al lugar – me había perdido el recital de Camouflage – pero el consejo de mi profesor había sido claro y específico cuando le pregunté qué cámara me recomendaba llevar:

  • Comprate una Canon G15. Es más, capaz que podés conseguir una G14 usada a buen precio, porque es tan buena como la nueva pero el modelo anterior.

Mi problema era que venía con mi vieja y querida Point & Shoot que me acompañaba desde hace tiempo y más o menos zafaba, pero para hacer algo serio no servía. Es más, había comenzado el curso básico de fotografía llevándola, porque tenía controles manuales, pero cuando vi que el rango de diafragma iba de f3.5f5.6 comencé a darme cuenta de que estaba algo limitado.

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En ese momento seguía aún dando vueltas acerca de qué réflex comprar, así que estaba por descartado llevar una. El presupuesto no me daba para «comprar una cámara réflex y otra para recitales», así que decidí ir con lo que tenía. Mi vieja y querida Panasonic Lumix que entraba en el bolsillo del jean. Suponía que si bien el lugar era oscuro, estando cerca del escenario iba a compensar esa falta de iluminación.

Batería a full legamos, curioseamos el merchandising, compramos la remera y nos pusimos recontra cerca del del lado derecho para estar listos a disfrutar. Un poquito más adelante barra de seguridad mediante estaba el espacio para los fotógrafos oficiales (fue la primera vez que pensé tipo «y si yo hubiera pedido de alguna forma permiso capaz que podría ir ahí para sacar fotos». Los primeros que pasaron fueron los del grupo soporte, Ritcher, los cuales sonaban bastante bien, inclusive con unos interesantes covers de temas como «Cars» de Gary Numan. Por lo general ese tipo de bandas vienen con su propio fotógrafo oficial. Mientras tanto sacaba alguna foto de prueba, las cuales eran diferentes porque la iluminación no se usa a full con el grupo soporte.

Y tiempo después de los Ritcher, los cuales tuvieron una buena performance, llegaron los Information SocietyKurt LarssenPaul RobbJames CassidyKurt cantando al medio y a nosotros nos tocó estar justo enfrente de Paul, el compositor y tecladistatan cerca que casi nos tapaba el rostro el teclado cuando lo enfocaba con cierto ángulo.

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La cámara Lumix viene con alrededor de 40 preseteos además de los diferentes modos de la palanquita giratoria, los cuales casi ninguno daba pie con bola con lo que pasaba en el escenario. Luces de diferentes colores e intensidad, movimiento, flashes apagándose y prendiéndose. Resultado: la cámara prácticamente no sabía qué hacer, si hacía foco en algo cuando finalmente disparaba la situación de luz era diferente, si no hacía foco luego sacaba una escena enfocable sin foco alguno.

Las fotos salían mal, movidas, pixeladas y con ángulos exagerados desde el lado donde yo estaba. No pegaba una bien. Es más, me enervaba ver el iconito del modo de la cámara que automáticamente ponía una florcita, lo cual significaba modo macro. Tenía ganas de ponerme a gritarle a mi cámara algo así como «idiota, no te das cuenta de que estoy tratando de sacar fotos en un recital, no estoy fotografiando caracoles y florcitas!!!».

En medio de todo esto iban pasando los temas, y Kurt decía en su inglés que si nos poníamos a filmar todo, no nos iba a quedar batería para el último tema y que todos estábamos esperando, What’s On Your Mind (Pure Energy). Y tenía razón, 2 temas después se acabó la batería de la Lumix, y la guardé con un montón de frustraciones de la incapacidad mía y de la cámara de sacar algo decente. Lo bueno es que al no tener más posibilidad de fotografiar, me olvidé del tema y me dediqué a disfrutar, cantar y saltar un poco, al fin y al cabo, venían los «mejores temas».

El recital estuvo buenísimo, y ya en casa pude sentarme a ver el espanto de fotos y video que había sacado. De las 400 aproximadamente que había sacado, la mitad estaban movidas, las que no estaban muy oscuras o cortadas. Creo que pude sacar unas 15 como «zafables», en el sentido que se veía a alguien relativamente bien justo por un flash o algo que iluminaba, pero ninguna de todas ellas era decente realmente.

La intención fue buena, pero en realidad, había acumulado experiencia para una posterior ocasión, uno aprende mucho de los errores, y ya sabiendo qué no hacer, se va aproximando a lo que uno quiere lograr, al menos descartando decisiones que ya sabemos son equivocadas.

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Recitales #1: Information Society

La cosa es aprender composición

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Hoy estaba leyendo en Safari Books Online un libro de Todd Sipes (http://www.toddsipes.net) llamado “Urban Exploration Photography: A guide to creating and editing images of abandoned places”. El libro es un conjunto de recomendaciones personales del fotógrafo autor, de cómo él encara ese tipo de fotografía de exploración urbana y muestra su forma de hacerlo a modo de ejemplo.

En uno de los primeros capítulos toca el tema de la composición, y un par de frases me resultaron muy ciertas, me llamaron la atención y quería retransmitirlas por acá:

Composition is the only manual element of photography that will exist in the future. Cameras are advancing at an incredible rate, along with all of our modern devices.

Today, anybody can pick up a camera and take a great photograph using Auto mode and dumb luck. The difference between a “photographer” and a “person who takes pictures” comes down to composition. We could go through a slew of other variables photographers can control, such as lighting and manual settings, but those factors simply contribute to the final composition.

We’re getting to a point where we can use post-processing software to control almost every possible adjustment of the look and feel of a photo, but we can’t create what we didn’t capture in our original composition.”

Lo que traducido significa:

Composición es el único elemento manual de la fotografía que existirá en el futuro. Las cámaras avanzan a una velocidad imparable, junto con nuestros demás dispositivos modernos.

Hoy, cualquiera puede agarrar una cámara y tomar una fotografía grandiosa usando modo Auto y un poco de suerte. La diferencia entre un “fotógrafo” y una “persona que saca fotos” cae en la composición. Podríamos nombrar otro conjunto de variables que un fotógrafo puede controlar, tales como luz y seteos manuales, pero esos factores simplemente contribuyen a la composición final. 

Estamos llegando a un punto donde podemos usar el post procesado a nivel software para controlar absolutamente todos los seteos imaginables de una foto, pero sin embargo no podemos crear aquello que no capturamos en nuestra composición original”.

Y tiene razón. Hubo en algún momento en el cual me veía todos los videos de las cosas técnicas, especificaciones de nuevos lanzamientos de cámaras, lentes y cualquier tipo de “gear” que salía. Pero tiempo después me di cuenta de que no servía. Si te la pasás leyendo o viendo reviews de la nueva cámara Canon, Nikon, Olympus o Fuji, o cualquier lente nuevo, en realidad estarás usando tiempo fotográfico en algo que tal vez no te aporte mucho. Me he dado cuenta de que lo ideal es investigar acerca de cosas de composición, y por qué no leer y admirar a los fotógrafos que hayan sido destacados e importantes. Tratar de aprender de ellos, qué era lo que veían interesante, porqué las tomas eran de esa forma.

Lo que dice Todd en su libro es cierto, la única forma de diferenciarse es concentrándose en la composición, en el sujeto que queremos mostrar y cómo. Hay que poner en práctica las ideas que nos vengan a la mente al respecto. Si no sale como queremos por diferentes factores (luz, calidad de cámara o fallas técnicas), probablemente en un segundo intento salgan mejor.

Un buen ejemplo de ello es la fotografía de estudio. El año pasado hice un workshop con Alejandro Baccarat (pueden visitar su web en http://www.alejandrobaccarat.com.ar/) y nos hablaba de la iluminación, luego vino la maquilladora, con la vestuarista, la modelo y pasaron horas preparándose, y al final de horas de trabajo de mucha gente, podíamos sacar las fotos. Y les aseguro, tengan una Canon T2 o una 7D Mark III, la foto era prácticamente la misma (sobre todo si la veías en facebook). Tal vez si agarrabas la lupa y hacías zoom al 1000% encontrabas píxeles reventados en un modelo y en otro no, pero a nivel composición donde la modelo se había posado de cierto modo, todas las cámaras habían tomado la escena de la misma forma (sobre todo teniendo en cuenta los accesorios de luces de estudio).

Por eso les digo, no se calienten demasiado en gastar plata para un lente nuevo, usen ese esfuerzo para canalizar ideas y trabajar en composición. Seguramente luego habrá tiempo y dinero para mejorar las cosas. Recuerden que “los grandes” de la fotografía de hace 50 años o más no tenían ni la tecnología, ni tarjetas de memoria, ni Photoshop. Solamente una cámara con una lente medianamente fiable y un rollo. Es de mi creer que las limitaciones impuestas a veces hacen que todos los aspectos que no dependen de ella hagan que uno se esfuerce o mejore en los otros.

Un saludo,

La cosa es aprender composición

Recomendaciones al fotógrafo viajero

El fotógrafo de espíritu, por más que no sea de profesión, ve en las vacaciones un muy interesante momento para tratar de sacar fotos interesantes. Más allá de las capturas familiares (que serán sacadas lo mejor posible), siempre hay momentos importantes donde se puede llegar a hacer la diferencia.

Si uno se va de vacaciones a un lugar interesante, copado, o más aún, algún punto turístico en el extranjero con alguna actividad o salida programada, lo esencial será estar lo mejor preparado para ese evento. Ya que a la hora de prender la cámara y apretar el botón, podríamos encontrarnos con problemas que nos hagan perder captar ese momento.

Uno lee muchas de estas cosas, así como yo también las he leído de otras personas pero créanme que es cierto, son cosas que pasan, y nunca está de más andar prevenido para no estar con las manos vacías con algo grandioso frente a uno.

Si uno viaja lejos de su hogar, es buena práctica activar el GPS en la cámara. La localización del punto donde fue capturada la foto será grabada en el EXIF de la misma (ya sea JPGRAW). Si luego a la hora de compartir una foto en facebook500pxflickr ya veremos reflejada la localización, y no nos tendremos que acordar del lugar exacto. Tal vez si vamos solamente a 1 punto no se justifica (pero está bueno), pero es más que recomendable para los que hagan esa especie de tour por varios países de Europa, donde me imagino luego de un tiempo ya prácticamente no recordarán dónde sacaron cada foto (excepto que detrás estén lugares icónicos como La Torre Eiffel o el Coliseo.

Les cuento mis recomendaciones:

  1. Chequear voltaje. A la hora de cargar la batería de una cámara no todos los enchufes son iguales. Si vamos a USA es 120V en vez de 240 como acá en Argentina, y además los enchufes son de dos patitas paralelas. Es cierto que la mayoría de las cámaras tienen los cargadores 100 – 240 con ese tipo de patas, pero puede ser el caso que no (sobre todo si compramos el equipo localmente donde puede que el local haya adaptado algo a las normas eléctricas del país). Peor es el caso por ejemplo de Alemania, donde los enchufes no tienen nada que ver, son 2 puntos redondos paralelos que ni se asemejan a los viejos de 2 patitas que teníamos nosotros. Esto es lo primero que hay que chequear porque sino, quedamos limitados a lo que hayamos llevado de casa.
  2. Llevar más de 1 tarjeta de memoria. Además de recomendar marcas buenas de tarjetas de almacenamiento, tanto en capacidad como velocidad, lo ideal es tener más de una, por más que no hagan falta. Siempre está bueno tener todas las fotos que sacamos en las tarjetas durante un tiempo, por más que ya hayamos copiado las cosas a nuestra computadora o algún sitio de almacenamiento online (google drivedropbox).
  3. Apagar el GPS de la cámara cuando no es necesario. Tengo diferentes cámaras de diferentes fabricantes y por alguna razón en todas ellas el GPS no se apaga cuando apagamos la cámara. Siempre queda funcionando. No es raro irse a dormir con una cámara al 40% de batería y al día siguiente a la mañana vamos a prenderla y resulta ser que está agotada. Lamentablemente es algo que hay que activar a primera hora, y desactivar cuando terminamos de usarla. Ahorraremos energía y problemas a la hora de encontranos con feas situaciones.
  4. Llevar más de una batería encima. Hay algunas cosas que consumen más batería que otras. Por ejemplo tener el GPS activo durante todo el día, no apagar la máquina, o filmar si se puede en 4K puede devorarnos toda la batería antes de que el día cierre. Por eso es importante tener una guardada por ahí en el bolso, cerquita de otra memoria, para cambiarla cuando más lo necesitemos.
  5. Si tenemos 2 cargadores para el mismo tipo de batería, no está mal llevarlos. No sería raro que en un bar nos ponemos a cargar una batería y nos lo olvidamos, o en la mismísima habitación del hotel. Perder nuestro único cargador de batería puede significar no poder sacar más fotos.

Obviamente que esto implica andar encima con cosas de más (pero por suerte no ocupan mucho espacio), pero créanme que el sacrificio vale la pena, y es mejor que encontrarse con una puesta de sol magnífica y no tener batería o tener que ponerse a borrar fotos viejas porque nos quedamos sin espacio en la memoria.

Además de esto mi regla dorada sería. Levántene y chequeen el equipo. Préndanlo, fíjense cuánta batería queda, y ahí prendan el GPS (que deberían haber apagado la noche anterior). es mejor detectar problemas cuando estamos aún con todo el equipo cerca y las posibilidades de resolverlo, que en la arena esperando el sol y justo prendemos la máquina y no enciende..

Recomendaciones al fotógrafo viajero

Salida a Tigre y problemas con LiveView

El día lunes a pesar de estar nublado tenía planeado ir a Tigre a dar una vuelta estilo salida fotográfica. La verdad es que hace un montón que no andaba por esos pagos y había un par de lugares como referencia interesantes donde potencialmente sacar fotos.

Partimos en tren, fue un buen viaje, cómodo. El único mal rato fue una persona que se dedica a «cantar» en el tren, por medio de una especie de IPod. Recuerdo que hace cosa de más de un año estaba volviendo desde la estación Retiro y se puso a «cantar» en el vagón donde estaba. En esa oportunidad sufrí 2 temas. Uno lo recuerdo bien,  de Cristian Castro. El lunes fue Alex Ubago. No cantaba mejor que antes, y estoy seguro de que la mitad de los pasajeros en el vagón si se levantaban a cantar lo hacían probablemente mejor. Lo malo no fue la canción en sí, sino que explicó luego que el tema estaba dedicado a la madre y habló durante más del doble de tiempo que duró la canción acerca de cuánto debemos quererla y bla bla bla. Cosa que me parece perfecto. Pero cuando cantás mal, y seguís tu rumbo es una cosa. Si cantás mal y luego tratás de hacerte el Deepak Chopra es harina de otro costal.

En fin, bajamos en la estación y comenzamos a caminar por la costa. El día estaba muy nublado, pintando que en cualquier momento se largaba a llover. El paraguas molestaba en la mochila, pero como estaba solamente la cámara y el lente extra (50mm) algo se podía acomodar.

Una de las primeras cosas que uno observa del otro lado del río es el Club de Regatas La Marina.

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saqué 4 tomas y me quedé con esa porque es la que más abarcaba hacia el lado izquierdo y por la posición de la canoa donde estaban viajando las dos señoras de sombrero (pero remaba solamente una). Curiosamente nos las cruzamos un poco más adelante donde desembarcaron. ¡Eran 2 abuelas y remando en el río!

Alguna que otra foto por acá y allá y entramos al Museo Naval un lugar bastante interesante donde hay más de cien modelos de barcos a escala. Algunos botes tamaño real, partes de máquinas que impulsaban buques. Torpedos, un submarino, 70 modelos de aviones en modelismo, tres aviones en la sección del parque, un vehículo de nieve y un sinfín de cosas más, todos referidos a la historia de la fuerza naval Argentina, desde sus comienzos del siglo XIX hasta lo más reciente. Inclusive cuenta con un modelo a escala del General Belgrano que puede ser manejado a radiocontrol, otros elementos de la Guerra de Malvinas y hasta inclusive varios cañones antiaéreos, con sus controles originales, paneles de cálculo, etc. Todo de una época donde las cosas no eran tan informatizadas, eran más artesanales y había que tenerlos bien puestos para poder usarlos. Como en el Call of Duty World at War, pero aquí las cosas no eran tan simples como apretar 2 palanquitas y un par de botones. Era real.

El lugar era mucho más grande de lo que pensábamos, en tamaño y contenido. Salimos contentos ambos, yo con una buena cantidad de fotos. Alguna que otra foto por aquí y allá siguiendo el camino de la costa hasta que llegamos a donde antes estaba el Tigre Hotel y un poco más allá el Museo de Arte Tigre, lo que antes fuera el Tigre Club o Casino de Tigre. Un lugar emblemático e histórico de la zona, ahora dedicado a exponer arte en diferentes formas.

Algunas tomas desde la entrada a ras del suelo, hasta que casi sin querer una persona que iba caminando por la terraza del 1° piso. Si se puede acceder estaría bueno para sacar algunas tomas a una altura interesante. Resulta que se podía entrar, pagamos los 30 pesos y luego de dejar nuestras pertenencias entramos a un lugar donde deben de haber pasado tantas cosas que no me puedo imaginar. Escaleras impresionantes con un espejo de uno 6 metros de alto – que no había sido limpiado recientemente – No pude sacar fotos en la parte media de la escalera y verme reflejado en el espejo. Es más, era tan alto que la sombra reflejada de las puertas se veían curvas. Arriba había varias habitaciones, una sección infantil, otra con cuadros, la terraza y un ballrom impresionante, vacío, dignísimo para sacar fotos de revista a mujeres con vestidos largos (pero no había nadie). Luego de dar algunas vueltas y evitar gente molesta e irrespetuosa que no se daba cuenta de que uno está tratando de sacar fotos (no estaba tratando de disimular, la tenía colgada del cuello y créanme que la Canon 60D no pasa desapercibida, pesa casi 1 KG con el lente de 18-200.

Salgo a la terraza, admiro la excelente vista y saco algunas tomas. Vuelvo a entrar a la parte del pasillo que comunica al ballroom y hay un interesante banquito donde sentarse. Le pido a mi compañero que me saque una foto, y para ser más preciso le indico dónde se sienta para que luego me saque a mí. Hacemos la de muestra y le voy a mostrar la foto de cómo quiero que saque y…

La foto no estaba.

Supongo que me había confundido en algo, así que vamos de nuevo, pongo la foto, saco, y cuando quiero verla nada. Nada.

Lo raro era que el obturador sonaba, inclusive el audio de que la foto había sido tomada, pero a la hora de revisarla, tampoco. Repaso un poco por las dudas por si tenía algún seteo malo, como el de habilitar o deshabilitar el LiveView. Eso funciona bien. Una de las razones por la que me había comprado la 60D era por su pantalla rebatible, que me permitiría sacar fotos en ángulos antes no posibles al estar solamente limitado al viewfinder. Soy de usar viewfinder el 95% del tiempo, pero esas tomas bajas como para tomar un auto desde abajo no son muy factibles, menos rodeado de gente. No tengo problema en tirarme al piso para lograr una foto, pero hay ocasiones donde la altura donde uno llega arrodillado inclusive no es suficiente para una toma interesante, o simplemente la que uno quiere.

Sigo probando el tema. Sin LiveView, la foto queda, con LiveView, la foto no se graba. Desconsolado me siento en el banquito del ballroom un toque a pensar, cuántas fotos había hecho de esa manera, y supuestamente cuántas estaría perdiendo. Y empecé a recordar, el vehículo ruso de nieve, el avión desde abajo, la escafandra desde arriba, las fotos para armar una panorámica del museo naval, y la lista seguía. Hasta había sacado algunas en la entrada de planta baja del mismísimo Museo de Arte.

Mucho no había por hacer. Me había dado cuenta de que algo fallaba unas 5 horas después. Donde aproximadamente la mitad de las fotos nunca habían sido registradas. Consciente del problema y viendo que no podía hacer mucho al respecto en ese momento, me mentalizo para sacar las fotos como siempre, a ojo abierto en el visor y ojo cerrado afuera. Salimos a la terraza y luego de que circule alguna gente saco una toma del edificio, esta vez tirado en el piso, ensuciándome aún más de lo que estaba:

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Luego bajamos las imponentes escaleras y entramos a las salas de planta baja. En una de ellas había una proyección continua de videos filmados entre 1911 y 1921 donde mostraban las actividades que se hacían en el edificio, e inclusive el tráfico de barquitos y botes de esa época, que no tenía mucho que envidiar a una intersección céntrica de la Ciudad de Buenos Aires en alguna hora pico de un día de semana.

Pinacoteca aquí y allá, cuadros interesantes y descripciones grandes, para luego llegar a una sala pintada de color azul, donde se me ocurre algo que luego de un par de intentos de distancia focal llego a concretar con la ayuda de mi amigo (ya que no había venido con trípode).

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Contento pensando que tal vez había salido con alguna foto buena, salimos y repito las tomas que pensé que habían salido con LiveView del frente del lugar. Miro acá y allá y dada la hora solamente saco un par de fotos a la Vuelta al Mundo del Parque de La Costa bien lejos, con las luces iluminadas.

Luego de 2 garrapiñadas volvimos en tren. Cuando llegué a casa revisé las fotos para ver si el problema había sucedido en medio de algún momento del día, y la triste verdad era que desde la primera foto tomada con LiveView no había sido capturada.

Revuelvo un poco en internet y encuentro el siguiente thread en los foros de Canon USA: problem-problem-with-live-view-no-image-is-recorded-when-I/td-p/14727

En el mismo hilo se mencionan otros modelos de cámaras con problema similar, no solo la 5D Mark III. La mía es una 60D pero tiene bastantes cosas en común, sobre todo a la hora del software y firmware que maneja la máquina. Pero, en esta tarjeta tenía instalado Magic Lantern. Un software que básicamente expande las posibilidades de las cámaras Canon, agregando cosas como intervalómetro, focus peak, foco en modo de video y algunas otras cosas más para los que desean tunear un poco más y contar con características que no vienen en la cámara de fábrica (pero son perfectamente posibles).

Así que al día siguiente cuando tengo un poco de tiempo, me dedico a tratar de combinar ambas soluciones. La de los foros de Canon haciendo referencia a resetear los seteos de la cámara, y también desinstalar Magic Lantern de la tarjeta.

Así que primero me dedico a tratar de desinstalar Magic Lantern. Busco algún video y me topo con éste:

Donde se explica claramente que el soft está básicamente instalado en la tarjeta de memoria, no en la cámara en sí, pero que no es suficiente formatearla o borrarla, sino que hay que setear un flag de la cámara donde no trate de cargar nada al momento de inicio. Una vez seguido ese paso formateo la cámara.

Todo bien siguiendo el procedimiento que dice el video. Así que luego a resetear los settings a valores de fábrica. Obvio que habrá que volver a setear alguna cosa aquí y allá, pero cualquier cosa es mejor que no poder sacar fotos con ángulos interesantes.

1 minuto después, ya estaba pudiendo sacar y grabar las fotos con el LiveView. Algunos foristas dicen que el problema es medio intermitente y suele venir e irse sin razón. A mí me ha pasado solamente esta vez, pero estaré atento a qué pueda suceder en el futuro. Y de paso evitaré Magic Lantern, ya que básicamente en la 60D no es tan necesario como en la T3, donde ahí sí que me quedaba un poco corto con las funciones de fábrica.

ConclusiOnES:
  • Andar horas con una cámara colgada al cuello que pesa casi 1 KG es un plomazo. En ese sentido sí extraño mi cámara anterior.
  • Hay que estar un poco más atento con si las fotos son realmente capturadas o no. Parece una pavada pero un paseo como éste es repetible, pero imaginen algo así en un evento que no se repite (cumpleaños, fiesta de 15, casamiento). Los resultados serían críticos. Aquí entra en juego «la cámara de backup».
  • Hay que conocer las vueltas que tiene cada máquina. No hay cámara perfecta, lo bueno es saber sus puntos flojos como para entender cómo solucionarlos. Al fin y al cabo, el fotógrafo siempre se la pasa tratando de resolver problemas, desde una escena, lugares, luz, todo eso convertirlo a ISO, apertura y velocidad de disparo.
  • Habrá que volver a Tigre para sacar las fotos no capturadas.
Salida a Tigre y problemas con LiveView

Comprando una réflex Canon de segunda mano

Comprar la primera cámara réflex no es una decisión fácil. En mi caso mi profesor dijo «Canon o Nikon«. Así que traté de ir por alguna de ambas. En ese momento tenía una Panasonic Lumix bastante buena pero si bien sirvió para las primeras clases, contaba por ejemplo con una apertura de 3.5 a 5.6, lo cual la verdad era muy poco rango de «stops». El iso llegaba hasta 1600 (con un granulado horrible). Si bien era una gran cámara point & shoot y tenía un buen zoom óptico, no servía para un propósito más «serio».

Compré la T3, la verdad es porque era la más económica, por un lado económicamente no podía comprar algo mucho más avanzado, ya que si bien amigos en el tema me habían recomendado la T3i, la diferencia solamente por la pantalla rebatible y alguna otra cosa que no entendía se elevaba a casi un 40% más del precio de la anterior. ¿Y si además no terminaba gustándome la fotografía? Siempre tuve el pánico de tener que pasarme horas y horas frente a la computadora editando fotos.

La verdad es que cuando vendí la T3, ya tenía otra en vista. Había una 60D dando vueltas por ahí. La persona que la vendía estaba tratando de ubicarla desde hace bastante tiempo, sin mucha suerte. Un sábado me compraron la T3 y al día siguiente estaba visitando la persona esta para ver la máquina. Parecía que estaba bien, venía con un lente 18-200 con montura metálica y aparentemente el contador de fotos estaba en 5300.

El contador de fotos de una cámara es como el kilometraje de un auto. Mientras menos tiene, más nuevo está. Yo usé por ejemplo la T3 desde septiembre hasta fines de junio, y llegué hasta los casi 8000 disparos. Obvio que tuve muchas sesiones, ocasiones donde saqué fotos de más (algo normal cuando uno recién comienza) y puedo decir que la mayoría de todas esas fotos no eran tan buenas. Había muchos tiros de tests ahí. Lo que quiero decir, es que probablemente de aquí en más saque la misma cantidad de fotos durante un período más largo.

Volviendo al tema, el tipo parecía macanudo, pero el contador de las fotos cuando le pone «IMG_####» puede estar reseteado, es más, el mismo menú de la cámara te permite volver a 0 con una opción. Así que estaba la inquietud de ¿cómo comprobar que la cámara en realidad tenía esa cantidad de disparos?

Para los usuarios de Nikon, la cosa es más fácil, ya que hay un programa que tiene esa función, pero para Canon, la cosa es diferente. Revolví aquí y allá y había algunos programas que funcionaban bien pero en cámaras viejas, como T1 y T2, u otros en viejas versiones de sistemas operativos Windows, pero nada concreto, hasta que me crucé con éste post:

Check Canon shutter count on Windows

La persona ésta había tenido la misma inquietud que yo, la había resuelto fácil con un programa para MacOS, pero al a hora de usar una PC se complicaba. Curiosamente dio con un programa de astrofotografía, APT, que si bien no tiene nada que ver, cuando uno conecta la cámara al usb estando el programa corriendo, muestra en la parte inferior de la pantalla un log con la cantidad de disparos REALES de la cámara Canon. Hay 2 versiones del programa, una para cámaras con procesadores Digic más viejos (T1 y T2) y otra para llegar hasta el Digic5+.

Así que bueno, el día antes de comprar definitivamente la cámara, puse el programa en la notebook, y la llevé a la casa del vendedor. Al estar con él le comenté la intención de lo que quería hacer, y comprendió. Prendí la máquina, arranqué el Astro Photography Tool, conecté la Canon 60D al puerto USB y apareció solito en el log de la pantalla el contador:

60d_contador

El programa había hecho lo que quería, había mostrado 5333 disparos. Muy bien para comprar una cámara de segunda mano. Por un lado estaba contento con la vida del obturador, y por el otro porque el vendedor había sido honesto (algo raro de encontrar hoy día, sinceramente).

Y así fue, me llevé la 60D, al día siguiente tuve un evento en el cual apesté porque no tenía ni idea de los botones aún, pero por suerte la segunda vez que la saqué de saca logré una captura que me gustó mucho:

https://www.flickr.com/photos/arielzar/19134421463/in/dateposted-public/

Así que ya saben, si van a comprar una cámara Canon de segunda mano, no duden en usar el Astro Photography Tool, que por más que sea una versión de prueba, cumple con la misión de mostrar el número REAL de fotos sacadas por el obturador.

Comprando una réflex Canon de segunda mano

Chau T3

El sábado pasado se fue de mis manos la primera cámara reflex que tuve. La vendí para comprar otra, lo que no implica que no haya pasado muy buenos momentos con ella, luego de 7500 disparos.

Me quedan muchas fotos de recuerdo. Por ahí pasaron muchas pésimas, algunas buenas, muchas que me gustaron y algunas que me parecieron sobresaliente en su momento (y ahora no me parecen tanto). Lo importante es seguir intentándolo, a pesar de que uno sabe en cierta forma que no está del todo bien, o podría estar mejor.

Comparto con ustedes la última foto que saqué de mi Canon Rebel T3. Ese mismo sábado anduve por el Congreso de La Nación y saqué esta foto de una estatuilla de San Martín en el denominado «Salón Rosa» o «Eva Perón».

san_martin

En este caso usé el lente 55-250, yo estaba desde la otra punta del salón.

Y ahora iré a la búsqueda de mi nueva cámara. Espero tener suerte.

Chau T3

Las 4 de la tarde

Recuerdo una vez que al volver de un viaje a Cataratas del Iguazú le mostré mis fotos a mi madre (casi orgulloso creo, más que nada por la cantidad de arco iris combinados y simultáneos), ella las comenzó a ver y noté como que algo no le cerraba. Obvio que había montones que estaban reventadas de blancos (pero bueno, era una época de film y mi Minolta no hacía milagros). Ahí le digo como para suavizar la cosa y dar a entender que captaba lo que observaba, «algunas salieron un poco quemadas», a lo que ella respondió:

– Obvio, tenés que sacar las fotos luego de las cuatro de la tarde.

En ese momento el pensamiento me pareció una estupidez, no tenía razón alguna la conclusión y la afirmación. ¿O sea que si trataba de sacar algo antes tenía que esperar a esa hora para poder hacerlo? No tenía sentido.

Hoy, con un poco más de idea de fotografía que en ese entonces, puedo decir que mi vieja tenía razón. Ella se había dado cuenta de que no estaba tratando de sacar fotos cualquiera. Tenía un rollo de 400 asas y con el montón de blanco agua era casi seguro que me iba a salir todo reventado. Hoy día salgo a buscar fotos y no hay caso, las sombras duras son terribles, salvo que el cielo esté encapotado o nuboso, no hay forma de que te cierren las luces en una foto, los colores son totalmente pronunciados y terribles. No por algo las horas de las fotos son a la mañana tempranito, y cuando cae el sol (más conocido como la «golden hour» o la «hora dorada»).

Ahora entiendo lo que me dijo, ahora trato de no salir al pedo del mediodía hasta la tarde, porque voy a ver la escena, y no me gusta ni ahí ni la luz reventada, ni la sombra. Un poco de paciencia para cuando cae el sol y se pone más lindo (luego de las 4 de la tarde, obviamente), o sino al día siguiente bien temprano.

Las mejores fotos, se sacan después de las cuatro de la tarde.

PD: De yapa les pongo la foto de la cámara que usaba mi vieja, una Voigtländer Vitored DR

Voigtländer Vitoret D

Las 4 de la tarde