Salida a Tigre y problemas con LiveView

El día lunes a pesar de estar nublado tenía planeado ir a Tigre a dar una vuelta estilo salida fotográfica. La verdad es que hace un montón que no andaba por esos pagos y había un par de lugares como referencia interesantes donde potencialmente sacar fotos.

Partimos en tren, fue un buen viaje, cómodo. El único mal rato fue una persona que se dedica a «cantar» en el tren, por medio de una especie de IPod. Recuerdo que hace cosa de más de un año estaba volviendo desde la estación Retiro y se puso a «cantar» en el vagón donde estaba. En esa oportunidad sufrí 2 temas. Uno lo recuerdo bien,  de Cristian Castro. El lunes fue Alex Ubago. No cantaba mejor que antes, y estoy seguro de que la mitad de los pasajeros en el vagón si se levantaban a cantar lo hacían probablemente mejor. Lo malo no fue la canción en sí, sino que explicó luego que el tema estaba dedicado a la madre y habló durante más del doble de tiempo que duró la canción acerca de cuánto debemos quererla y bla bla bla. Cosa que me parece perfecto. Pero cuando cantás mal, y seguís tu rumbo es una cosa. Si cantás mal y luego tratás de hacerte el Deepak Chopra es harina de otro costal.

En fin, bajamos en la estación y comenzamos a caminar por la costa. El día estaba muy nublado, pintando que en cualquier momento se largaba a llover. El paraguas molestaba en la mochila, pero como estaba solamente la cámara y el lente extra (50mm) algo se podía acomodar.

Una de las primeras cosas que uno observa del otro lado del río es el Club de Regatas La Marina.

https://www.flickr.com/photos/arielzar/20700022201/in/photostream/

saqué 4 tomas y me quedé con esa porque es la que más abarcaba hacia el lado izquierdo y por la posición de la canoa donde estaban viajando las dos señoras de sombrero (pero remaba solamente una). Curiosamente nos las cruzamos un poco más adelante donde desembarcaron. ¡Eran 2 abuelas y remando en el río!

Alguna que otra foto por acá y allá y entramos al Museo Naval un lugar bastante interesante donde hay más de cien modelos de barcos a escala. Algunos botes tamaño real, partes de máquinas que impulsaban buques. Torpedos, un submarino, 70 modelos de aviones en modelismo, tres aviones en la sección del parque, un vehículo de nieve y un sinfín de cosas más, todos referidos a la historia de la fuerza naval Argentina, desde sus comienzos del siglo XIX hasta lo más reciente. Inclusive cuenta con un modelo a escala del General Belgrano que puede ser manejado a radiocontrol, otros elementos de la Guerra de Malvinas y hasta inclusive varios cañones antiaéreos, con sus controles originales, paneles de cálculo, etc. Todo de una época donde las cosas no eran tan informatizadas, eran más artesanales y había que tenerlos bien puestos para poder usarlos. Como en el Call of Duty World at War, pero aquí las cosas no eran tan simples como apretar 2 palanquitas y un par de botones. Era real.

El lugar era mucho más grande de lo que pensábamos, en tamaño y contenido. Salimos contentos ambos, yo con una buena cantidad de fotos. Alguna que otra foto por aquí y allá siguiendo el camino de la costa hasta que llegamos a donde antes estaba el Tigre Hotel y un poco más allá el Museo de Arte Tigre, lo que antes fuera el Tigre Club o Casino de Tigre. Un lugar emblemático e histórico de la zona, ahora dedicado a exponer arte en diferentes formas.

Algunas tomas desde la entrada a ras del suelo, hasta que casi sin querer una persona que iba caminando por la terraza del 1° piso. Si se puede acceder estaría bueno para sacar algunas tomas a una altura interesante. Resulta que se podía entrar, pagamos los 30 pesos y luego de dejar nuestras pertenencias entramos a un lugar donde deben de haber pasado tantas cosas que no me puedo imaginar. Escaleras impresionantes con un espejo de uno 6 metros de alto – que no había sido limpiado recientemente – No pude sacar fotos en la parte media de la escalera y verme reflejado en el espejo. Es más, era tan alto que la sombra reflejada de las puertas se veían curvas. Arriba había varias habitaciones, una sección infantil, otra con cuadros, la terraza y un ballrom impresionante, vacío, dignísimo para sacar fotos de revista a mujeres con vestidos largos (pero no había nadie). Luego de dar algunas vueltas y evitar gente molesta e irrespetuosa que no se daba cuenta de que uno está tratando de sacar fotos (no estaba tratando de disimular, la tenía colgada del cuello y créanme que la Canon 60D no pasa desapercibida, pesa casi 1 KG con el lente de 18-200.

Salgo a la terraza, admiro la excelente vista y saco algunas tomas. Vuelvo a entrar a la parte del pasillo que comunica al ballroom y hay un interesante banquito donde sentarse. Le pido a mi compañero que me saque una foto, y para ser más preciso le indico dónde se sienta para que luego me saque a mí. Hacemos la de muestra y le voy a mostrar la foto de cómo quiero que saque y…

La foto no estaba.

Supongo que me había confundido en algo, así que vamos de nuevo, pongo la foto, saco, y cuando quiero verla nada. Nada.

Lo raro era que el obturador sonaba, inclusive el audio de que la foto había sido tomada, pero a la hora de revisarla, tampoco. Repaso un poco por las dudas por si tenía algún seteo malo, como el de habilitar o deshabilitar el LiveView. Eso funciona bien. Una de las razones por la que me había comprado la 60D era por su pantalla rebatible, que me permitiría sacar fotos en ángulos antes no posibles al estar solamente limitado al viewfinder. Soy de usar viewfinder el 95% del tiempo, pero esas tomas bajas como para tomar un auto desde abajo no son muy factibles, menos rodeado de gente. No tengo problema en tirarme al piso para lograr una foto, pero hay ocasiones donde la altura donde uno llega arrodillado inclusive no es suficiente para una toma interesante, o simplemente la que uno quiere.

Sigo probando el tema. Sin LiveView, la foto queda, con LiveView, la foto no se graba. Desconsolado me siento en el banquito del ballroom un toque a pensar, cuántas fotos había hecho de esa manera, y supuestamente cuántas estaría perdiendo. Y empecé a recordar, el vehículo ruso de nieve, el avión desde abajo, la escafandra desde arriba, las fotos para armar una panorámica del museo naval, y la lista seguía. Hasta había sacado algunas en la entrada de planta baja del mismísimo Museo de Arte.

Mucho no había por hacer. Me había dado cuenta de que algo fallaba unas 5 horas después. Donde aproximadamente la mitad de las fotos nunca habían sido registradas. Consciente del problema y viendo que no podía hacer mucho al respecto en ese momento, me mentalizo para sacar las fotos como siempre, a ojo abierto en el visor y ojo cerrado afuera. Salimos a la terraza y luego de que circule alguna gente saco una toma del edificio, esta vez tirado en el piso, ensuciándome aún más de lo que estaba:

https://www.flickr.com/photos/arielzar/20681454265/in/photostream/

Luego bajamos las imponentes escaleras y entramos a las salas de planta baja. En una de ellas había una proyección continua de videos filmados entre 1911 y 1921 donde mostraban las actividades que se hacían en el edificio, e inclusive el tráfico de barquitos y botes de esa época, que no tenía mucho que envidiar a una intersección céntrica de la Ciudad de Buenos Aires en alguna hora pico de un día de semana.

Pinacoteca aquí y allá, cuadros interesantes y descripciones grandes, para luego llegar a una sala pintada de color azul, donde se me ocurre algo que luego de un par de intentos de distancia focal llego a concretar con la ayuda de mi amigo (ya que no había venido con trípode).

https://www.flickr.com/photos/arielzar/20671046445/in/photostream/

Contento pensando que tal vez había salido con alguna foto buena, salimos y repito las tomas que pensé que habían salido con LiveView del frente del lugar. Miro acá y allá y dada la hora solamente saco un par de fotos a la Vuelta al Mundo del Parque de La Costa bien lejos, con las luces iluminadas.

Luego de 2 garrapiñadas volvimos en tren. Cuando llegué a casa revisé las fotos para ver si el problema había sucedido en medio de algún momento del día, y la triste verdad era que desde la primera foto tomada con LiveView no había sido capturada.

Revuelvo un poco en internet y encuentro el siguiente thread en los foros de Canon USA: problem-problem-with-live-view-no-image-is-recorded-when-I/td-p/14727

En el mismo hilo se mencionan otros modelos de cámaras con problema similar, no solo la 5D Mark III. La mía es una 60D pero tiene bastantes cosas en común, sobre todo a la hora del software y firmware que maneja la máquina. Pero, en esta tarjeta tenía instalado Magic Lantern. Un software que básicamente expande las posibilidades de las cámaras Canon, agregando cosas como intervalómetro, focus peak, foco en modo de video y algunas otras cosas más para los que desean tunear un poco más y contar con características que no vienen en la cámara de fábrica (pero son perfectamente posibles).

Así que al día siguiente cuando tengo un poco de tiempo, me dedico a tratar de combinar ambas soluciones. La de los foros de Canon haciendo referencia a resetear los seteos de la cámara, y también desinstalar Magic Lantern de la tarjeta.

Así que primero me dedico a tratar de desinstalar Magic Lantern. Busco algún video y me topo con éste:

Donde se explica claramente que el soft está básicamente instalado en la tarjeta de memoria, no en la cámara en sí, pero que no es suficiente formatearla o borrarla, sino que hay que setear un flag de la cámara donde no trate de cargar nada al momento de inicio. Una vez seguido ese paso formateo la cámara.

Todo bien siguiendo el procedimiento que dice el video. Así que luego a resetear los settings a valores de fábrica. Obvio que habrá que volver a setear alguna cosa aquí y allá, pero cualquier cosa es mejor que no poder sacar fotos con ángulos interesantes.

1 minuto después, ya estaba pudiendo sacar y grabar las fotos con el LiveView. Algunos foristas dicen que el problema es medio intermitente y suele venir e irse sin razón. A mí me ha pasado solamente esta vez, pero estaré atento a qué pueda suceder en el futuro. Y de paso evitaré Magic Lantern, ya que básicamente en la 60D no es tan necesario como en la T3, donde ahí sí que me quedaba un poco corto con las funciones de fábrica.

ConclusiOnES:
  • Andar horas con una cámara colgada al cuello que pesa casi 1 KG es un plomazo. En ese sentido sí extraño mi cámara anterior.
  • Hay que estar un poco más atento con si las fotos son realmente capturadas o no. Parece una pavada pero un paseo como éste es repetible, pero imaginen algo así en un evento que no se repite (cumpleaños, fiesta de 15, casamiento). Los resultados serían críticos. Aquí entra en juego «la cámara de backup».
  • Hay que conocer las vueltas que tiene cada máquina. No hay cámara perfecta, lo bueno es saber sus puntos flojos como para entender cómo solucionarlos. Al fin y al cabo, el fotógrafo siempre se la pasa tratando de resolver problemas, desde una escena, lugares, luz, todo eso convertirlo a ISO, apertura y velocidad de disparo.
  • Habrá que volver a Tigre para sacar las fotos no capturadas.
Salida a Tigre y problemas con LiveView

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